El actor Leonard Nimoy, popular por su papel del Mr. Spock en la serie Star Trek y las pelÃculas de la franquicia, ha muerto a los 83 años de edad, según informan medios estadounidenses. Su mujer, Susan Bay Nimoy, ha confirmado el fallecimiento a The New York Times.
Muchos han sido los actores que han sufrido la pesadilla del encasillamiento. Otros jamás han podido superar el peso del personaje más memorable que marcó sus carreras. Pero el caso de Leonard Nimoy, a quien todo el mundo recordará siempre como el racional Spock de la serie Star Trek, mitad humano, mitad vulcaniano, es ligeramente distinto. Nimoy no fue ni un actor encasillado, ni alguien que no pudo sobreponerse a una única interpretación memorable, sino que fue uno de esos pocos privilegiados que podÃan presumir de encarnar, de la cabeza a los pies, a un poderoso icono de la cultura popular. “Mi trabajo era lograr que el personaje fuese creÃbleâ€, declaraba el actor en una entrevista concedida en 2008, un año antes de retomar al personaje en la pelÃcula de J. J. Abrams que relanzarÃa la franquicia Star Trek, “Spock es un personaje muy interesante, inusual, muy inteligente. Pienso que a la gente le gusta su inteligencia. También tiene sentido del humor, es extremadamente fiable, útil en toda crisis, alguien capaz de resolver problemas y, sobre todo, un buen amigo de los humanosâ€.
El peculiar equilibrio de fuerzas entre el sanguÃneo, chulesco y emocional capitán Kirk que encarnaba William Shatner y el racional, gélido, pero siempre preciso en el uso del sobreentendido Spock definió, en buena medida, el poder de seducción de esa serie de ciencia-ficción, creada por Gene Roddenberry en 1966, que, tras su prematura cancelación en su tercera temporada, alentó uno de los más complejos –y longevos- fenómenos de fans en la historia del medio. Bajo la piel de Spock, Nimoy fue mucho más que un actor de escueta expresividad con puntiagudas orejas de maquillaje: el actor, nacido en Boston el 26 de marzo de 1931, consiguió articular toda una filosofÃa de la vida, sin renunciar nunca a un palpable sentido del humor. El mÃtico saludo del personaje fue, de hecho, invención suya: un gesto forjado a imagen y semejanza de esos sacerdotes judÃos que formaron parte esencial del entorno familiar del actor, que tuvo en la defensa y divulgación de las raÃces culturales del judaÃsmo ortodoxo otra de las grandes pasiones de su vida.
La larga y próspera vida de Nimoy terminó este pasado viernes 27 de febrero, a consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que le fue diagnosticada cuando llevaba treinta años sin consumir tabaco. Nimoy habÃa anunciado su retiro en abril de 2010, pero fueron diversos los trabajos, todos ellos relacionados con la aureola mÃtica de Spock, que le reclamaron a partir de ese momento, convirtiendo su supuesta jubilación en deseo perpetuamente postergado: en los últimos años, Nimoy fue el Spock en una lÃnea temporal paralela en las dos pelÃculas de Star Trek de Abrams, pero también el memorable e inquietante William Bell de la serie Fringe, la voz de Sentinel Prime en Transformers: el lado oscuro de la luna (2011) de Michael Bay –que, por cierto, era el primo de su esposa Susan Bay Nimoy- y el sueño mitómano de Sheldon Cooper en un episodio de The Big Bang Theory.
Algo escrito en el firmamento, si es que tenemos que creer en estas cosas, parecÃa predestinar a Leonard Nimoy a un largo compromiso con la ciencia-ficción antes de ser Spock: abundan los tÃtulos del género en el primer tramo de su filmografÃa, como el serial de la Republic Zombies of the Stratosphere (1952), la memorable monster movie de Gordon Douglas La humanidad en peligro (1954) y la paupérrima pero imaginativa adaptación de un clásico de Robert Heinlein The Brain Eaters (1958) de Bruno VeSota. Pero el actor tenÃa también otras inquietudes, como su interés por el teatro de Jean Genet: Nimoy no sólo apareció en la adaptación cinematográfica de El balcón que dirigió Joseph Strick en 1963, sino que produjo y protagonizó la adaptación cinematográfica de Severa vigilancia que dirigió Vic Morrow en 1966.
Nimoy, que dirigió dos pelÃculas de la saga Star Trek y cambió de género para firmar la pelÃcula más taquillera de 1987 –Tres hombres y un bebé-, alternó la interpretación en pelÃculas y series con una carrera como fotógrafo artÃstico, con predilección por el desnudo femenino. También tuvo sus candorosos extravÃos en el territorio de la música folk vertiente bizarre: su disco Mr. Spock’s Music from Outer Space es todo un clásico trash. Que escribiera dos libros de memorias de tÃtulos contrapuestos –I Am Not Spock (1975) y I Am Spock (1995)- da fe de que, si bien alguna vez mantuvo una relación de amor/odio con su personaje, finalmente aceptó que la inmortalidad vulcaniana era su destino.
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